
Descansar bien por las noches es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta para disfrutar de un buen rendimiento diario y de nuestro bienestar general. Sin embargo, muchas personas tienden a subestimar el impacto que el sueño tiene en su calidad de vida. Se acuestan tarde, se levantan temprano, duermen poco, y siguen aplazando durante años la compra de un colchón nuevo a pesar de que este ya muestra signos evidentes de desgaste. Lo que no siempre se percibe de inmediato es que este tipo de decisiones —o indecisiones— están poniendo en riesgo algo tan fundamental como la salud.
Basta con echar cuentas para tomar conciencia. Si cada día tiene veinticuatro horas y deberíamos dormir, de media, unas ocho, eso se traduce en aproximadamente tres días completos a la semana, doce al mes y entre 120 y 140 días al año. Si prolongamos este cálculo a lo largo de una vida con una esperanza de 80 años, hablamos de nada menos que entre 25 y 28 años dormidos de media. Dicho así, y aunque suene curioso, la cifra no puede ser más reveladora.
¿Por qué es importante disfrutar de un descanso de calidad?
Durante las horas de sueño, nuestro cuerpo no se apaga, sino que trabaja a pleno rendimiento para regenerarse a nivel celular. Este proceso permite recuperarnos de la tensión acumulada durante el día, tanto física como mentalmente. Cuando dormimos bien, somos más productivos, nos sentimos de mejor humor, nuestra capacidad de concentración mejora y, sobre todo, nuestro estado de salud se ve reforzado en todos los aspectos.
Pero para que ese descanso sea realmente reparador, es fundamental que se den una serie de condiciones. Entre ellas, mantener una buena higiene del sueño, contar con un colchón adecuado y, por supuesto, elegir un somier que se adapte exactamente a nuestras necesidades. Aunque muchas veces no le solemos conceder la importancia que merece, el somier es, literal y metafóricamente, la base de todo. Por eso, a continuación, te mostramos cómo saber si está afectando negativamente a tu descanso y qué puedes hacer al respecto.
¿Qué es y para qué sirve un somier?

Si te preguntas para qué sirve un somier, nuestra respuesta no puede ser más directa: proporciona el soporte adecuado al colchón, mejora la ventilación y alarga la vida útil del conjunto de materiales de descanso. Su principal función es mantener el colchón elevado del suelo, lo que evita las acumulaciones de humedad y de suciedad, así como la proliferación de ácaros o bacterias.
Pero un buen somier, además, debe proporcionar firmeza, ayudar a mantener la alineación de la columna durante la noche y evita que el colchón se deforme o se desgaste antes de tiempo. Asimismo, también contribuye activamente a que el descanso sea más cómodo, ergonómico y saludable. Además, dependiendo del material —láminas de madera, metal o bases tapizadas—, también puede adaptarse mejor a aquellas personas que tienden o no a sudar y que, por lo tanto, requieren o no una mayor ventilación durante el sueño.
Los hay de distintos tipos, como, los somieres tradicionales de muelles, o los somieres articulados, así como los de láminas de madera o metal con o sin tapizar, bases de madera tapizadas, etc., que resultan ideales para garantizar el máximo nivel de confort. En definitiva, el somier cumple un papel esencial en el descanso, aunque a menudo suele pasar desapercibido.
Factores que indican que el somier no es adecuado para el descanso
Como sucede con casi cualquier pieza de mobiliario, el paso del tiempo va dejando huellas imborrables y va haciendo que vayan apareciendo roturas o desgastes. Por ello, debemos remarcar que debemos identificar, a través de una serie de signos, cuándo un somier es inadecuado, está dañado o que simplemente ya no cumple con su función antes de que notemos las consecuencias en nuestro cuerpo.
Se producen ruidos exagerados al cambiar de postura
Uno de los primeros signos suele ser el ruido. Si al girarte por la noche escuchas crujidos, puede indicar que las láminas están deterioradas, los tornillos mal ajustados o que la estructura ha perdido estabilidad. Estos pequeños sonidos no únicamente pueden despertarnos por las noches, sino que también revelan que existe algún problema a tener en cuenta que puede afectar a nuestra salud a medio o largo plazo.
Detectamos que la superficie es irregular o está deformada
Por descontado, otro indicador claro pueden ser las deformaciones. Si al retirar el colchón notas que la base está arqueada o presenta grietas, es señal inequívoca de que ha llegado el momento de sustituirlo por otro nuevo. Esta falta de firmeza puede ser la causa de dolores de espalda o de la sensación de no haber descansado del todo bien a pesar de haber dormido ocho horas.
Notamos que la superficie de la cama es inestable
Del mismo modo, debemos anotar que la falta de estabilidad es otro punto crítico a tener en cuenta. Un somier que se mueve con facilidad o no ofrece una superficie plana y firme, puede provocar que el colchón se hunda o se desplace. Además, si el tamaño del colchón y el somier no son compatibles —por ejemplo, si el colchón sobresale por los laterales—, estarás comprometiendo no solo la comodidad y tu propia salud, sino también la durabilidad del conjunto.
¿Cómo elegir el somier adecuado?

Si te estás preguntando cómo elegir somier, debes tener en cuenta varios factores. En primer lugar, es imprescindible no perder de vista qué tipo de colchón vas a utilizar, ya que no todos los modelos se adaptan igual a las distintas bases. Por ejemplo, los colchones viscoelásticos suelen funcionar mejor con somieres de láminas, mientras que los colchones de muelles pueden tener un rendimiento superior al ubicarlos sobre bases más firmes o tapizadas.
Tu peso corporal, la posición que adoptas al dormir, e incluso si eres una persona calurosa o no, son aspectos que también deben influir en tu decisión. Si eres una persona que necesita una mayor ventilación, las bases de láminas también pueden ofrecer una excelente transpirabilidad. Por otro lado, las bases tapizadas aportan soporte más firme. Por ello, es bastante habitual que nos hagamos la pregunta de si “¿es mejor somier o base tapizada?” La respuesta dependerá de cuáles son tus necesidades, aunque en muchos casos, la clave está en encontrar el equilibrio entre la firmeza, la ventilación y el soporte.
También es importante fijarse en el tamaño del somier, la distancia entre las láminas, la firmeza general de la estructura y, por supuesto, en la calidad de los materiales. Y aquí, por supuesto, debemos mencionar que adquirir este tipo de productos en una tienda de confianza es lo más importante. En ColchonClub, nuestra tienda online de referencia en artículos de descanso, ponemos a tu disposición una cuidada selección de productos diseñados para salvaguardar tu salud y ofrecerte la garantía de una calidad superior. Puedes consultar nuestro catálogo de somieres para encontrar el modelo que mejor se adapte a tus necesidades de descanso.
La base es uno de los aspectos más importantes del descanso
En muchas ocasiones, al hablar de bienestar y calidad del sueño, toda la atención se suele dirigir al colchón. Pero lo cierto es que su eficacia se reduce drásticamente si no cuenta con una base firme, estable y en buen estado. El somier es, por lo tanto, el gran protagonista silencioso del descanso. Por ello, podemos concluir diciendo que, si notas que tu sueño no es tan reparador como solía ser, o te duele la espalda puede ser un buen momento para sustituirlo.